lunes, 18 de enero de 2010

Aceite de Oliva español. ¿Se puede hacer peor?

Esto de los blogs tiene la ventaja de que puedes escribir lo que piensas sin que nadie te lo pueda censurar. Es cada cual el que se autocensura y lee o deja de leer lo que quiere.

Gracias a esa ventaja hoy he decidido manifestar mi indignación con lo que está ocurriendo con el aceite de oliva que se produce en España.

De veras que me indigna porque todos tenemos parte de culpa. Y más abajo explico porqué creo que es así.

Esta mañana recibí un boletín informativo de EXTENDA (Agencia Andaluza de Promoción Exterior, https://mail.google.com/mail/?source=navclient-ff&shva=1#all/126402bd5fa24262 ), en cuyo apartado de Oportunidades de Negocio aparece una oportunidad para exportar aceite de oliva a EEUU a través de una empresa de Miami (http://www.extenda.es/portal/EXTENDA/nuestros_servicios/op_negocio/index.html ).

Hasta aquí todo bien. Ahora vienen los peros. Resulta que piden exportadores de aceite de oliva virgen en formato lata. Vale. Sigamos avanzando. Abrimos el documento adjunto y nos encontramos entre otras cosas el siguiente párrafo: Empresa norteamericana de importación y distribución, está interesada en
contactar con empresas andaluzas especializadas en la exportación de aceite
de oliva virgen con el formato de latas de 3000 ml (3 litros) para "food service".
La calidad del producto no es primordial. El precio que buscan es $2.50/ litros (
1,74€/ml).


Para que vayamos cogiendo el pulso explico de donde viene mi indignación: quieren aceite de oliva virgen del que les dá igual la calidad y además a un precio de pérdidas para los olivareros.
¿Para qué querrán ese aceite de oliva virgen del que no importa la calidad y a precio barato?, ¿será para decir que es aceite más barato que el italiano -que, en realidad es español- porque viene de España?, ¿o será porque lo van a utilizar con fines diferentes al de la alimentación?.
Yo me inclino por la segunda respuesta ya que no hace mucho otra empresa de Miami pedía jabones de aceite de oliva que parecen estar de moda en Florida porque te dejan la piel "maravillosa".

Y ¿cual es el problema si se trata de exportar?. Pues bien, el problema está en que, como siempre, el valor añadido se lo llevan los demás y encima seguimos quedando como país productor de un aceite de oliva de segunda categoría frente a Italia que, teniendo un aceite bastante peor que el nuestro, es considerada como la cuna del mejor aceite de oliva que existe en el universo.

Italia compra al año casi un tercio de la producción de aceite de oliva virgen extra de España (el 80% del mismo se produce en Andalucía) y luego lo revende como propio en otros países, principalmente Estados Unidos. Los españoles producimos baratito para que los italianos compren a precio de saldo y saquen tajada vendiendo a su justo precio en el resto del mundo un aceite que no producen. Se tienen que estar descojonando a costa nuestra. Y forrándose, claro está.

De esto, por supuesto, los norteamericanos (unos 250 millones de almas) no tienen la menor idea porque los italianos se han encargado de que no se sepa y los españoles hemos sido tan negligentes e incompetentes que no lo hemos hecho saber.

Mientras nuestros ministros y ministras de agricultura y pesca (presentes y pasados - y pasadas, no vaya a enfadarse alguna) y nuestros consejeros y consejeras (presentes y pasados -y/o pasadas) se dedicaban a conseguir subvenciones para el campo andaluz (un mal invento a largo plazo) y sortear los problemas con los cultivadores tabaco, remolacha, diversas hortalizas, cítricos, etc.
A sabiendas de que muchos de estos productos son inviables a largo plazo; dejaban el asunto de la promoción y comercialización del aceite de oliva español en manos de aficionados, incompetentes y caraduras -algunos incluso reúnen las tres cualidades anteriores-.

Con ello estamos consiguiendo cargarnos la gallina de los huevos de oro. Por una parte somos el mayor productor del mundo, con diferencia, de aceite de oliva virgen, con una calidad es, en la mayoría de los casos excepcional y por otra parte resulta que somos incapaces de colocarlo en el mercado y se hace necesario almacenarlo para mantener su precio.

Esta semana finaliza el período de almacenamiento autorizado por la Unión Europea para, si no me equivoco, 180.000 toneladas de aceite de oliva y en este momento las almazaras están produciendo al máximo.

Me hago la siguiente pregunta: Si aún no hemos vendido lo que teníamos almacenado ¿qué vamos a hacer con la producción nueva? ¿pomada para untar a más políticos de izquierdas y derechas?

En ningún lugar de Europa se dan unas condiciones tan buenas para el cultivo del olivo como en Andalucía. El olivo no se puede cultivar en Polonia donde, por contra se puede cultivar sin problemas la remolacha. En Marruecos producen frutas y hortalizas tan buenas como las nuestras y a mitad de precio por lo que su introducción masiva en el mercado europeo es, a medio plazo, inevitable.

Nos queda algo tan fantástico como el aceite de oliva virgen extra y sin embargo preferimos pagar ocho euros por dos cubatas en una noche -que lo unico que hacen es ayudarnos a destruir el hígado- y nos parece caro un litro de aceite de oliva virgen extra -verdadero oro líquido- si sobrepasa los 3,5 euros. Tampoco nosotros ayudamos mucho.

Aparte de este fantástico producto, tenemos magníficos profesionales del marketin y la gestión de empresas, muchos de ellos trabajando para organismos más o menos públicos o de utilidad pública como cámaras de comercio, agencias de promoción, centros de desarrollo empresarial, etc.

Y, mientras tanto, ¿qué hacen las autoridades? -los políticos, hablemos claro-. Pues o bien están haciendo el panoli o bien están cobrando de los italianos para no hacer nada. No se me ocurre una respuesta mejor.

¿A alguien se le ocurre otra?